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Ituarte: Una vez llegué tarde al trabajo por un rodaje de CSI
 
Ituarte: Una vez llegué tarde al trabajo por un rodaje de CSI

El gernikarra ha estado más de 25 años en Las Vegas, pero ya ha regresado a su pueblo



21/07/2011:
Jon Ituarte aún conserva el acento americano, algo lógico sí tenemos en cuenta que después de haber sido Jai Alai Player en América, se quedó durante 25 años trabajando en la ciudad de Las Vegas, donde ha visto a personalidades como Keanu Reeves o Paris Hilton. Delante de un café servido en el Batzoki de Gernika, su pueblo natal, Ituarte rememora las andanzas vividas tanto en Estados Unidos como en su querida Euskal Herria, de donde ya no se piensa mover.   
 
Siendo un niño, usted ya andaba con la cesta.
Yo entré en la escuela de Gernika en 1972, cuando tenía once años, nos apuntamos seis amigos del barrio y luego seguimos Castro, Arazosa y yo.
O sea que a Castro le conoce de toda la vida.
Desde que tengo uso de razón.
¿Cuántos niños estaban en la escuela de cesta?
En Gernika, unos 250. Es que la cesta estaba en auge, ahora, en cambio, no hay ni 250 sumando los de toda España.
En esa época habría problemas hasta para repartir las horas de cancha.
Ensayábamos siete u ocho a la vez, y sin luz. Para coger hora había que ir el sábado a las siete de la mañana e imperaba la ley del más fuerte, o sea que cuando venían los mayores, te quitaban. Arratibel, en 1974, ya puso orden y organizaba los turnos.
¿Quiénes eran sus ídolos de la infancia?
Como delantero, Txikito, pero el que más me gustaba para ver era Gonzalo Beaskoetxea, que era un show-man cien por cien. Atrás me quedo con Txurruka y, de hoy en día, con López e Irastorza.
Usted destacaría muy pronto en este deporte.
En 1975 ya empezamos a disputar campeonatos y en la Nochevieja de 1977 debuté en Gernika. Estuve dos años aquí y en noviembre de 1979 fui a Las Vegas, donde me pasé todo 1980, luego regresé a Gernika, permanecí hasta octubre del 81 y los dos siguientes años estuve en Quincee. En 1984 tuve la opción de jugar de nuevo en Quincee, pero por un problema de comunicación, no pudo ser y volví a Las Vegas, el frontón se había cerrado en el 83, pero ya me quedé trabajando hasta el 2008.
¿Cómo llevaba lo de cruzar el charco en avión?
Pues no creas que me hacía mucha gracia, pero bueno, tomaba una pastillita, y a dormir. Normalmente iba vía Frankfurt-San Francisco-Las Vegas, o Madrid-Nueva York-Las Vegas. En total salían unas catorce horas de viaje.
¿Se acuerda del partido de su debut?
Sí, éramos José María y yo contra Gondra-Maguna. Ganamos 25-15, pero a continuación perdí los seis partidos siguientes.
¿Estaba nervioso el día de su estreno?
No, porque a los otros tres pelotaris ya les conocía del campo aficionado, o sea que estaba seguro de mí mismo. La única diferencia residía en que ahora cobraba.
¿Cómo recuerda su posterior llegada a Las Vegas?
Fui con 18 años y yo flipaba, y eso que antes era más pequeño, sólo tenía cien mil habitantes, mientras que ahora tiene dos millones.
¿Qué le llamó la atención de la ciudad?
Lo primero, las luces, y luego que estaba todo abierto las 24 horas del día.
¿Cómo era el clima?
Seco, los veranos son extremos, con temperaturas de 35 a 45 grados, luego, hasta diciembre, hace de 20 a 25 grados, y en enero puede bajar hasta los cinco o diez, para alcanzar de nuevo los 25 en abril. El clima es bueno y muchos se jubilan allí.
¿Fue difícil la adaptación de un chaval de 18 años a una ciudad como ésa?
Yo vivía con Zugazaga y Aiarza, pero allí había más pelotaris de Gernika que nos ayudaban en el tema de los bancos, las tiendas, el piso y demás, por lo que la adaptación no fue muy dura. No obstante, sí que al inicio echas de menos a la familia y los amigos.
Aprenderían a manejarse también con las labores de la casa.
Sí, aprendimos a cocinar y al inicio hacíamos comida vasca, aunque luego ya empezamos de vez en cuando con el Fast-food.
¿Qué tal llevaba lo del inglés?
Yo llevaba una base de aquí y al de seis u ocho meses ya me defendía. Es que en el colegio escogí inglés, a pesar de que la mayoría optaba por el francés.
¿Se adaptó con rapidez al modo de vida americano?
Sí, además a mí me gusta conocer diferentes tipos de cultura. Lo que pasa que allí eras mexicano, había bastante racismo, pero como nosotros éramos deportistas, ya era diferente. Yo solía decir a la gente de allí que yo dominaba dos idiomas, mientras que ellos, uno, y mal.
¿No se casó en Las Vegas vestido de Elvis?
Cuando tenía veinte años me casé en Las Vegas con una mexicana, pero no vestido de Elvis, je, je.
¿Tienen hijos?
Sí, Amaia, que es la mayor, y Jon Andoni. Nacieron en América y posteriormente, en 1994, me divorcié.
A usted le pilló el famoso incendio del frontón.
Fue el 22 de noviembre de 1980, el hotel donde estaba el frontón, el de la Metro Goldwin Mayer, se quemó, nosotros vivíamos cerca y se oían los helicópteros, las ambulancias y todo. Todos los contratos se anularon y entonces es cuando vine a Gernika para marchar después a Quincee.
¿Quincee era muy diferente a Las Vegas?
Eran como el día y la noche. En Quincee había muchos afroamericanos, en Talahasi, que era donde vivíamos, había más blancos, pero Quincee era como una aldea, tendría como cuatro o cinco mil habitantes y se trataba de personas marginadas, era como viajar treinta años atrás, pero la gente era muy agradable. El frontón estaba en medio de la selva y nosotros residíamos en una zona universitaria que tendría unos cuarenta o cincuenta mil habitantes.
Entonces, los frontones se llenaban.
En Las Vegas, la pelota era una parte más del espectáculo del casino, mientras que a Quincee el público iba para ver exclusivamente cesta y sí, se llenaba la grada.
¿Cuál fue su momento más bonito a lo largo de su carrera deportiva?
El debut y el estreno en América, por los nervios y por la incertidumbre de ver qué tal me salía todo.
¿Cuál era su frontón preferido?
El Gernika Jai Alai. Las canchas en América son mucho más vivas, es que allí, si la quiniela dura más de diez minutos, se aburren.
Ahora el Jai Alai tiene mucha competencia a la hora de realizar apuestas.
Es que hoy en día hay casinos, perros, caballos, lotería… Y todo es más rápido que el Jai Alai. La decadencia vino por ahí, la huelga no ayudó, pero el problema vino por los casinos y la lotería, la huelga lo que hizo fue acelerar todo, puesto que las empresas se durmieron en los laureles y no se adaptaron al momento.
¿Vio mucho deporte americano en directo durante su estancia en Estados Unidos?
En Los Ángeles vi la Superbowl que jugaron los Oakland Riders contra los Broncos de Denver, y en baloncesto presencié una exhibición de los Lakers de Gasol y Bryant. Al equipo de basket de la Universidad de Las Vegas sí que le seguía todos los partidos, movía mucha gente y le entrenaban Fred Banks y Jerry Tarkanian, quienes cogían a gente del 3 on 3 que se disputa en las calles.
¿Ya asistió algún concierto importante por aquella época?
Sí, los de Fleetwood Mac, AC/DC, conciertos de country… No obstante, mi favorito es Metallica, al que vi en el campo de béisbol ante cuarenta mil espectadores.
¿A qué se dedicó en Las Vegas tras colgar la cesta?
Trabajaba en hostelería, en concreto, estuve en el Hotel Hudsor Tropicana y en el Stratosphere.
Allí habrá visto a muchos famosos.
Cuando era pelotari iban a vernos jugadores de béisbol y estrellas de cine, pero yo no les conocía. Más tarde, en el trabajo, sí que he visto a José Feliciano, Dennis Hopper, Paris Hilton, Keanu Reeves, Matt Damon, Sylvester Stallone…
La créeme de la créeme.
Es que yo trabajaba en el edificio Luxor, que es la pirámide que se ve en CSI. De hecho, una vez rodaron detrás de mi casa y por su culpa llegué tarde al trabajo.
¿Dónde le pilló el 11-S?
En América, y allí se vivieron dos años terribles. El turismo bajó un setenta por ciento y, aunque la situación mejoró en 2004, luego llegó la crisis de 2008 y ahora sí que ya va todo un poco mejor. De todos modos, 2009 fue el único año de toda la historia en el que no hubo beneficios económicos en Las Vegas. En el City Center había tres hoteles con diez mil habitaciones y, sin embargo, la empresa fue a la bancarrota, de hecho, la recuperación ahora está siendo más lenta que en 2001.
¿Por qué regresó a Gernika?
En 2007 falleció mi madre y no pude acudir al entierro. Al año siguiente vine para la misa de salida y coincidí con una amiga de la adolescencia que se había quedado viuda el año anterior. Empezamos a charlar y surgió algo, o sea que como ya estaba cansado de América, en octubre volví a Las Vegas y al de seis semanas ya regresé para quedarme definitivamente en Gernika, en concreto, vine el 18 de noviembre de 2008.
¿No le resultó difícil encontrar trabajo a su regreso a Euskadi?
Yo tenía experiencia en hostelería, me surgió la oportunidad de trabajar en Kiroljokoa y el 17 de diciembre ya empecé con ellos.
En Bizkaia ha retomado la cesta y todo.
Sí, y me encanta jugar. Me llevo bien con los chavales, pero odian perder contra un viejo, je, je. Llevaba 27 años sin competir y de este modo me mantengo en forma y ocupo la mente. Al inicio andaba mal, pero ya me defiendo y suelo ensayar con Manci, Barandika y demás, que son muy competitivos.
Otro veterano como Seber también suele vestirse de blanco.
Es mi pareja oficial. Una vez jugamos un partido contra Perdi-Makoki y ganamos 25-21, pero no pudimos montar la revancha porque Makoki se rompió el tendón. Seber es muy competitivo, lo da todo en la cancha, pero se le olvida que tiene 54 años y acaba baldao.
Por último, ¿cree que la cesta se merece más ayudas?
Aquí deberían trabajar las entidades públicas y privadas, existe un refrán inglés que dice que si hay fuerza de voluntad, hay camino, o sea que se debería cambiar el chip de muchos, porque si se pierde la cesta, se pierde parte de la historia de Euskadi. Esta modalidad es mundialmente conocida y ha dado a conocer Euskadi en todo el mundo menos en la Antártida, ya que en Australia no se jugó, pero sí que hubo un proyecto para construir un frontón. Perder la cesta sería como perder el aurresku.
 
Texto: Juan Luis Ibarretxe Marcos
Pie de foto: Jon Ituarte, en el Gernika Jai Alai
CARTELERA  
  SÁBADO, 15 DE OCTUBRE
17:00 HORAS
CARMELO BALDA - DONOSTIA
LIGA ZESTA PUNTA PROFESIONAL
ÚLTIMA FUNCIÓN
- Bilbao (Kalzakorta-Zabala)
- Bizkaia (Hormaetxea-Manci)
- Donostia (Arta-Lopetegi)
- Gipuzkoa (Beitia-Madarieta)
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